Los 19 mandamientos de María Montessori que toda madre debe de leer
María Montessori fue una revolucionaria en materia de educación a principios del sigo XX. Montessori hacía hincapié en la importancia del juego para el aprendizaje de los niños y su autonomía. Elaboró la teoría de que los niños son sus propios maestros en un entorno de libertad y respeto. El adulto se convierte en un guía y observador de lo que hacen dentro del aula buscando que los niños desarrollen confianza en sí mismos e independencia para sacar a luz el potencial de cada niño de manera integral siguiendo las ganas naturales e innatas de cada uno por aprender no sólo en el salón de clases si no que en la vida.
La italiana, que fue médico, pedagoga, feminista, científica filósofa, humanista, antropóloga y una líder de la época, escribió una serie de mandamientos para guiar a los padres en la crianza de sus hijos. Es importante que cada madre y padre los lea ya que cada uno de ellos encierra sabiduría y ayuda que nunca está de más para esta compleja tarea que es ser padres.
- Los niños aprenden de lo que los rodea.
- Si criticas mucho a un niño, aprenderá a juzgar.
- Si elogias con regularidad a un niño, aprenderá a valorar.
- Si le muestras hostilidad a un niño, aprenderá a pelear.
- Si eres justo con un niño, aprenderá a ser justo.
- Si ridiculizas al un niño con frecuencia, se transformará en una persona tímida.
- Si el niño crece sintiéndose seguro, aprenderá a confiar en los demás.
- Si denigras a un niño con frecuencia, desarrollarás en él un malsano sentimiento de culpa.
- Si las ideas del niño son aceptadas con regularidad, aprenderá a sentirse bien consigo mismo.
- Si eres condescendiente con el niño, aprenderá a ser paciente.
- Si alientas al niño en lo que hace, ganará seguridad en si mismo.
- Si el niño vive en un ambiente amigable y se siente necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
- No hables mal de tu niño ni cuando esté cerca o lejos.
- Concéntrate en el desarrollo de lo bueno del niño para que no quede lugar para lo malo.
- Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando se acerque a ti con una pregunta o comentario.
- Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Lo corregirá ahora o tal vez más adelante.
- Está dispuesto a ayudar a tu hijo si busca algo, pero también pasa desapercibido si es que encontró lo que buscaba.
- Ayuda al niño a asimilar lo que antes no pudo asimilar. Llena el mundo que lo rodea de cuidado, discreción, amor y oportuno silencio.
- Cuando te dirijas a tu hijo hazlo siempre de la mejor manera. Dale lo mejor de ti.