Viaja, el dinero se recupera. El tiempo no
Viajar es la mejor medicina. Viajar es la mejor terapia. El tan solo hecho de hacer las maletas te llena de emoción y tu mente ya comienza a viajar antes de subirte al avión. O al bus. O en lo que te movilices.
El cambio de escenario, el conocer nuevos lugares, colores, olores y sabores. Un bálsamo para el alma. Viajar te desconecta y te pone la mente en orden. Es un estado fantástico que te ayuda a, incluso, resolver problemas y mirarlos desde otra perspectiva.
Mi amiga Pía que murió hace tres meses atrás producto de un cáncer me dijo:
-Ojalá hubiera viajado más.
-Pero tú viajaste mucho, le dije yo.
-Nunca es mucho, quiero ir a México. Quiero sanarme e ir.
No pudo. Pero pienso en sus palabras a diario. Cuánta razón tenia. Viajar despeja el alma. Te abre la mente. Te saca del pequeño mundo que conocemos y te abre a diferentes culturas y formas de vida.
Viajar es una enseñanza. Es una clase magistral. Es caminar sobre libros y enciclopedias y absorber todo lo que ves y respiras.
El mejor legado para mis hijos son los viajes que he hecho con ellos y que, espero, seguiré haciendo. No me interesa tener un auto nuevo y una casa grande. No me interesa gastar dinero en ropa y visitas permanentes a la peluquería. Junto dinero para viajar porque es el dinero mejor investido. Por lejos.
Constanza Díaz