No apures a tus hijos, ya habrá tiempo para crecer
La vida frenética de hoy, la locura en la que estamos inmersas, el ir y venir, el acelerar los pasos, los días, la vida. Estamos estresadas, corremos de un lado para otro. No tenemos tiempo y todo lo queremos ahora. Perdimos la calma y la capacidad de disfrutar el momento. Todos estamos estresados. Las consultas de los psiquiatras están llenas, las consultas de los psicólogos también. ¿Qué nos pasó? ¿En qué minuto perdimos el foco? ¿Cuándo pasó a ser el auto que manejamos más importante que nuestra paz interior?
En esta loca carrera involucramos a nuestros niños y desde pequeños nos obsesionamos con que aprendan rápido a hablar, a caminar, a que dejen pronto los pañales. Sepan escribir su nombre y así. Un sin número de metas que les imponemos, los obligamos. Al colegio van cumpliendo los tres años. Y no paran nunca más. Los deportes, las actividades extra programáticas. Que aprenda a hablar idiomas, que sean los mejores. ¿Qué nos pasa? Obligamos a nuestros niños a crecer. Estamos obstinados en ascelerar sus procesos. ¡Dejemos a los niños ser niños! No los apuremos más. La infancia es tan corta y muy pronto serán adultos y los consumirá “la máquina” que nos consume a todos. Respetemos sus tiempos, riámonos con ellos. Disfrutemos sus momentos que son únicos e irrepetible y por favor, no los apuremos más.
Constanza Díaz