Mamá sin culpas
Una mamá agotada no es una mala mamá.
Una mamá que quiere estar un rato SOLA, sin sus hijos, no es una mala mamá.
Una mamá que, a veces, siente que va a reventar, frente, por ejemplo, a un berrinche, no es una mala mamá.
Una mamá que se va un fin de semana con sus amigas y deja a sus niños en casa a cargo del papá o sus abuelos, no es una mala mamá.
Una mamá que por ratos quisiera salir arrancando de casa no es una mala mamá.
Una mamá que se sale de control y luego vuelve a recuperarlo, no es una mala mamá.
Una mamá que se angustia frente a un conflicto entre hermanos y quisiera huir del área de pelea, no es una mala mamá.
Una mamá que educa y pone límites con firmeza, no es una mala mamá.
Una mamá que dice que NO a sus hijos cuando estima que es lo correcto en pro de sus niños la palabra NO, no es una mala mamá.
Una mamá que pone horarios y rutinas, no es una mala mamá.
Una mamá que pone reglas claras, no es una mala mamá.
No lo olvides!
Constanza Diaz Hauser