Cuando el rotavirus llegó a mi casa y caímos todos, incluso yo: la mamá
Dicen que una madre no se puede enfermar. Simplemente no hay tiempo y espacio para que lo haga. Si la mamá se enferma, ¿quién cuida a los niños? En esta columna, Pía Quezada nos cuenta cómo fue que sobrevivió a un rotavirus junto a sus cinco hijos. Esta es su terrorífica historia.
Que nuestros niños se enfermen es lo peor quenos puede pasar… NO, lo peor es que nosotras las mamás nos enfermemos con ellos, puede llegar a ser una pesadilla en la que Freddy Kruger se queda corto.
Las últimas tres semanas las he pasado de enfermera , cuatro de mis cinco hijos (15, 8, 5, 3 y 5 meses) se enfermaron , no sé de dónde trajeron el rotavirus a casa, lo más probable es que haya sido del Kindergarten, en este frío invierno alemán las bacterias y los virus están en ebullición, pero da lo mismo, la cosa es que se quedó.
El maldito Rotavirus, es un huesped más que ingrato ya que nadie lo invita y se instala sin tener claro cuándo se irá, como algunas suegras… la cosa es preocupante si tienes una familia grande como la mía, porque es como un efecto dominó: cae uno…caen todos. Al principio, con el primer paciente (15) creí que era solamente un resfriado, pero con el dolor de estómago, fiebre, vómitos y diarréa , me quedó claro que era un bicho más grande y duro de matar.
Me traté de preparar sicológicamente para los días y las noches que vendrían, pero la verdad es que no sirve de nada, son igual de horribles. A los tres días de la aparición de los primeros síntomas, cayó el siguiente (8 ), hasta ahí yo aún seguía en pie, luego de tres días, el siguiente (3). Escuchar la palabra Mamá ya me tenía harta. El olor del vómito y la diarréa me asqueaban, era como si estuvieran impregnados en mi nariz. No sé cuánta ropa lavé, al final ya botaba los calzoncillos a la basura, cuántos litros de desinfectante ocupé, todo esto entre medio de amantar al más chiquitito, el único que está invicto, hasta que comencé a sentirme mal, ¡¡¡ VALOR!!!.. los mismos síntomas y los otros aún no estaban completantente sanos, pero eso no fue todo, el de cinco años estuvo cuatro días en la clínica porque perdió tanto líquido y volaba en fiebre que perdió la coniencia. Mi marido se quedó con él y yo ,me ocupé del resto de la tropa. ¡¡¡PUTO ROTAVIRUS!!!
Me sentía pésimo además de preocupada por uno de mis pollos. En ese momento sentí que como casi siempre hacemos las mamás, que tenía que echarme el rotavirus al hombro y aguantar estoicamente. Es un poco difícil cuando estás sola y cada cinco minutos quieres ir al baño y ruegas por recostarte sólo un poco y cerrar los ojos. En el futuro cuando me enferme , me encantaría tener la exclusividad, que todos los demás estén sanos y que me lleven tecitos a la cama, sopitas de pollo, guateritos,estar tranquila etc. Pero con cinco pajaritos sé que es casi imposible.
Lentamente vuelve la calma y la normalidad a mi casa, me tuve que sentir mejor, mis niños se están recuperando, lo sé porque están igual de hinchapelotas y hambrientos que siempre, pero no importa, están sanos y los virus al igual que las suegras se van pero no se sabe bien cuándo vuelven a aparecer.